La cantante británica ganó seis premios, el mismo número que logró la cantante de I Will Always Love You a lo largo de su carrera. Jennifer Hudson cantó ese tema como un tributo a la artista
Hasta el sábado pasado todo apuntaba a que la 54 edición de los premios Grammy iba a estar marcada por el regreso a los escenarios de los Beach Boys y Adele, quien además llegaba a la ceremonia con seis candidaturas. Sin embargo, eso cambió después de conocerse la repentina muerte de Whitney Houston, quien pasó a convertirse en el centro de atención del Staples Center, donde se realizó el evento.
Y es que la noticia de que la voz de la multipremiada artista se había apagado obligó a la academia de grabación a modificar su cronograma y a preparar un merecido tributo a la cantante, que tuvo como figura a Jennifer Hudson, quien interpretó el famoso tema I Will Always Love You, que Whitney dejó como parte de su legado musical.
Una actuación que recibió la ovación de todos los presentes, que se pusieron de pie para aplaudirla.
En la entrega de los premios, que inició con la intervención de Bruce Springsteen junto a su banda The E Street Band -que presentó nueva canción, “We Take Care of Our Own”-, tampoco faltaron las proyecciones de videos de Houston cantando en una de las ediciones de los Grammy, así como las palabras que dedicaron los nominados. Su anfitrión, el rapero LL Cool J, pidió una oración en el nombre de la artista “Padre Nuestro, te agradecemos por compartir a nuestra hermana Whitney con nosotros.
Aunque ha partido demasiado pronto, permanecemos verdaderamente bendecidos de haber sido tocados por su hermoso espíritu”.
Tras ese momento emotivo la gala de los Grammy continuó con la presentación de Bruno Mars y minutos después con la entrega del primer premio Mejor Interpretación de pop individual a la cantante Adele, quien sumó a lo largo de la ceremonia seis reconocimientos, que recibió de forma incrédula. Entre ellos Mejor grabación del año, Canción del año, Mejor álbum vocal y Mejor álbum del año por “21”.
Al recibir el último galardón, la cantante no pudo contener las lágrimas y solo alcanzó a decir “Oh mi Dios. Quiero dar las gracias a Rick Rubin por enseñarme acerca del control de calidad y a mi madre”. Era evidente su sorpresa por los seis premios que había recibido y que estuvieron bajo la sombra del recuerdo de Houston.
Detrás de Adele, quien regresaba a los escenarios tras someterse a una operación en la garganta, le siguió el grupo Foo Fighters, que se alzó con cinco premios, de los seis que postulaba.
La agrupación presentó su tema Walk, que la llevó a ganar los premios a Interpretación de rock y Mejor canción rock. Además intervino junto a David Guetta y DeadMau5 para un tema con un tinte más techno.
Otro que ganó cuatro premios fue el rapero Kanye West, quien no estuvo presente en la ceremonia.
Taylor Swiff y Tony Bennett, en cambio se llevaron dos premios. Este año Lady Gaga, quien tenía tres candidaturas, regresó a casa con las manos vacías. Mientras que Chris Brown, Bon Iver y el grupo Lady Antelum -que en la edición anterior fue uno los triunfadores - alcazaron solo uno.
Al igual que Maná, que ganó un Grammy en la categoría Mejor álbum latino pop, rock o urbano, a la que también estaban nominados Los amigos invisibles, Calle 13 y Gustavo Galindo.
Las presentaciones pusieron la otra cara de la velada, como cada año. Entre ellas, una de las más memorables fue la del dúo que hicieron Alicia Keys y la leyenda de country Bonnie Raitt, quienes rendieron un tributo a Etta James, fallecida hace muy poco tiempo.
“Como se nos había recordado, nos dejaron unas artistas realmente grandes, pero sus legados siguen presentes”, dijo Alicia. refiriéndose tanto a Etta como a Whitney Houston, quien falleció en la tarde del sábado previo a la ceremonia. “¡Te queremos, Etta! ¡Te queremos, Whitney! Nunca os olvidaremos”, dijeron al unísono.
También la del grupo Maroon 5 y Foster the People, que versionaron temas como Surfer Girl y Wouldn't It Be Nice como un tributo a la banda sesentera Beach Boys que esa noche haría su reaparición. Y así sucedió, cuando sus integrantes aparecieron entonando el imperecedero “Good vibrations”, con lo que le ponían fin a más de 20 años de silencio y de no estar en los escenarios. Su propuesta en poco tiempo hizo que el espíritu surfero se adueñara de los Grammy.
La onda pop la pusieron Katy Perry y Rihanna; ambas propusieron junto a su cuerpo de baile coreografías que imprimían fuerza. Rihanna además hizo un dueto con Cold Play para la canción Princess of China.
Mientras que en el rap, similar a lo que ya han hecho Madonna y Lady Gaga, Nikki Minaj con su canción The exorcism of Roman propuso una coreografía en la que simulaba estar en una iglesia, sus bailarines lucían como una suerte de frailes y la aparición de un cura acompañaban la puesta en escena. Chris Brown, en cambio, aprovechó para lanzar su nuevo tema. Así regresó a los Grammys tras pasar tres años del incidente que protagonizó cuando golpeó a su entonces pareja Rihanna.
Otra de las presentaciones más destacadas fue la de Sir Paul McCartney, quien junto a Joe Walsh y Diana Krall interpretó una romántica “My Valentine”, acorde al día de San Valentín que se celebra hoy. Sin embargo, esta presentación no fue la única, casi al final de la velada volvió a subir al escenario para interpretar algunos éxitos que lo llevaron a alcanzar fama con Los Beatles. Entre ellas Golden Slumbers y The end, con la que cerró la velada en la que se recordó una tremenda voz, la de Whitney, y se premió otra también muy talentosa, la de Adele